viernes, 5 de marzo de 2010

Convierten funeral de Don Luis Colosio en pasarela política






El sentido deceso de de Don Luis Colosio Fernández atrajo la atención de la clase política que se dio cita a los funerales del padre del malogrado candidato presidencial

Por Claudio Tiznado
Magdalena de Kino se volvió a poner de moda a nivel nacional.
La muerte de Don Luis Colosio Fernández, padre del malogrado ex candidato presidencial del PRI, atrajo la atención de la clase política del País que acudió a darle el último adiós.
El domingo 7 de febrero, personajes que aún tienen vigencia en el mundo de la política, así como otros con fecha de caducidad vencida y que sólo querían jalar los reflectores, fueron a despedir al ex alcalde de Magdalena de Kino.
Actores políticos de relevancia como el ex candidato presidencial Francisco Labastida Ochoa, la actual presidenta nacional del tricolor Beatriz Paredes Rangel y hasta el ex gobernador de Sonora Eduardo Bours Castelo pisaron la funeraria donde velaron al ex secretario de fomento ganadero en tiempos de Manlio Fabio Beltrones Rivera, quien por cierto, no asistió y fue considerado el gran ausente.
Ni que decir del siempre polémico ex mandatario Carlos Salinas de Gortari, quien a pesar de haber sido el padre político de Luis Donaldo no acudió a los funerales del padre del magdalenense.
Arturo Montiel Rojas, ex gobernador del Estado de México, quien aspiró a la presidencia de México, pero tuvo que hacer a un lado sus aspiraciones al comprobársele enriquecimiento ilícito durante su gestión, si estuvo en Magdalena de Kino.
Otros más como Fidel Herrera Beltrán, gobernador de Veracruz y Jesús Vizcarra Calderón alcalde de Culiacán también se dejaron ver para darle el último adiós al padre de Luis Donaldo. Éste último precandidato a la gubernatura de Sinaloa por el PRI y con fuertes sospechas de estar relacionado con el narco, según Manuel Clouthier Carrillo diputado federal panista.
La gran sorpresa fue la visita del ex presidente Luis Echeverría Álvarez, quien en la época de poder de Carlos Salinas de Gortari fue uno de los que le pusieron piedras en el camino a la candidatura presidencial de Colosio Murrieta apoyando así a Manuel Camacho Solís.
Pasaron lista Alfonso Durazo Montaño, Agustín Basave Benítez y Guillermo Hopkins Gámez, quienes tuvieron una destacada participación en la vida política de Luis Donaldo Colosio Murrieta convirtiéndose a su muerte en “sus viudas”, viendo truncadas sus promisorias carreras.
Más que un funeral aquello pareció un evento político, donde la presencia de “Juan pueblo” brilló por su ausencia, convirtiéndose el duelo en exequias con sabor a elitismo.
Quizá la memoria popular no olvidó la postura que en vida asumió Don Luis Colosio, que lejos de marcar distancia del aparato priista, por las sospechas que entonces se tenían, se impregnó, inexplicablemente, de ese olor partidista y se convirtió en un beneficiario más del sistema.
El Senado de la República fue su último refugio, como una dádiva a su silencio y a sus frágiles exigencias de justicia para aclarar el asesinato de su hijo victimado un 23 de marzo de 1994, en Lomas Taurinas Tijuana. Aunque también hay quienes creen que aceptó el cargo de representación popular para tener más posibilidades de exigir justicia.

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