Un servidor logró reunirse con el político panista en 2003 por espacio de hora y media para conocerlo más de cerca y mostrar su lado personal a los lectores sonorenses
Por Claudio Tiznado
Era viernes 21 de febrero de 2003. El “Jefe Diego”, Diego Fernández de Cevallos llegaba a Hermosillo a apuntalar la campaña del entonces candidato a gobernador por el PAN Ramón Corral Ávila.
Con su clásico puro en la mano denotaba disfrutar las mieles del poder a más no poder como coordinador de los senadores de Acción Nacional en la Casona de Xicotencatl. El presidente del partido era Luis Felipe Bravo Mena, quien hoy cobra como secretario particular del presidente Felipe Calderón.
“El Jefe Diego” era entonces toda una delicia para los medios de comunicación y hoy, después de transcurrir siete años, lo sigue siendo, pero en circunstancias diametralmente opuestas.
Javier Villegas Orpinela, hoy director del Diario de Sonora era el director ejecutivo de El Imparcial en ese tiempo. Un servidor, que tenía a su cargo la fuente política, la más importante del rotativo, recibe una llamada a su extensión. La encomienda: Entrevistar al notable y polémico político panista.
La cita. Un hotel de la zona hotelera de la capital del Estado. El lugar huele a panadería, pues en dicho lugar estaba concentrada la plana mayor del albiazul. Todos los senadores emanados de ese partido y Diego entre ellos, por supuesto.
Sin mayores preámbulos un servidor se presenta ante el senador e inicia la entrevista. En ella, más que apuntar el trabajo que Diego realizaba en el Senado de la República se optó por mostrar mejor el lado humano y personal del queretano, de mostrar al lector sus gestos y ademanes muy particulares en corto.
En el encuentro, Fernández de Cevallos invita a Ramón Corral Ávila, senador con licencia por ser el candidato azul a la gubernatura, a estar presente y ahí le recomienda no decir mentiras, una labor muy difícil de realizar en un político, pero en fin esa fue la encomienda.
La entrevista al “Jefe Diego” mereció la de ocho columnas de El Imparcial, lo que denotaba el enorme poder que tenían las declaraciones del político. El secuestro que enfrenta Fernández de Cevallos en la actualidad también ha ocupado todos los espacios y las planas de todos los medios nacionales; Hoy no se habla del enorme poder del queretano, sino de su lastimoso cautiverio.
